¿Qué influencia tiene la televisión?
La televisión es incapaz de satisfacer todas las necesidades de los niños y las niñas. Inconscientemente sabemos que un niño necesita desarrollar los ejes básicos de la relación con su propia familia, necesita formar su propia estimación y necesita aprender a dejar de ser influenciable, tener independencia de criterio y ser capaz de observar y enjuiciar todo aquello que se produce a su alrededor para no ser en el futuro víctima de engaños y manipulaciones. Tiene que aprender todos los elementos fundamentales de la comunicación: leer, escribir y desarrollar su capacidad verbal.
El niño o la niña debe conocer en qué aspectos de la vida es débil y en cuáles es fuerte. Necesita estimular su fantasía y creatividad, desarrollar su inteligencia utilizando como instrumentos a sus cinco sentidos. Ninguna de estas necesidades se satisfacen con la televisión, que, por el contrario, crea dependencia, pasividad y ficción creada por adultos.
La prolongada exposición ante la pequeña pantalla entorpece enormemente el potencial de un niño o niña para crear y descubrir. Únicamente le queda la posibilidad de copiar.
Cuando los niños o las niñas ven la televisión pueden presentar este estado físico: mandíbulas relajadas, cuerpo inerte, mirada fija y como vacía. Por supuesto que no todos los niños/as dan esta imagen cuando ven la televisión, pero si coincide en aquellos que se someten a largas dosis diarias de programas televisivos. Además, curiosamente, se añade un factor común: no participan de lo que están viendo; no se ríen en el momento oportuno, ni se asustan frente a una aparición inesperada. Simplemente miran, y no pueden parar de hacerlo hasta que la televisión se apaga.
A un niño o niña acostumbrada a largas dosis de televisión le es más difícil aprovechar su tiempo libre, porque no se le ocurre cómo hacerlo sin el televisor. Simplemente le aburre tenerse que imaginar a qué puede jugar para divertirse. Por el contrario, la televisión se lo da todo hecho.
Refiriéndonos a la influencia que ejerce la televisión en los niños, como conclusiones más significativas cabe destacar las realizadas por Ander-Egg y otros, que, después de haber estudiado este problema en diversos países, señalan cuatro aspectos en los que la televisión influye fuertemente en la configuración de la personalidad de los niños.
Según Ander-Egg, la televisión hace a los niños:
· Más pasivos.
· Menos comunicativos.
· Menos sensibles.
· Más consumistas.
Por lo que, la televisión es un medio que ejerce una fuerte atracción en la mente del niño. Aprende de todos los tipos de programas, tanto de los infantiles como de aquellos que están dirigidos al telespectador adulto. De la televisión el niño aprende información, conceptos, actitudes, conductas, valores y significados, y muchas veces aprende más de que lo que no se busca que aprenda, que de aquello que se le quiere enseñar.
 
|